TENDENCIAS CIENTÍFICAS: ¿Será bueno decir palabrotas?

Un nuevo estudio sugiere que decir palabrotas tiene varios beneficios sorprendentes.

«¡Cuidado con esa lengua!». ¿Es posible que nuestros padres y responsables se hayan estado equivocando tanto? Según los hallazgos publicados en la revista «Lingua», decir palabrotas podría ser bueno para la salud.

Investigadores de Suecia y del Reino Unido estudiaron cien artículos científicos sobre las palabrotas para determinar sus posibles beneficios. En general, el estudio demuestra que decir palabrotas difiere de otras formas de uso del lenguaje, y también es más potente.Descubrieron que decir palabrotas puede influir de forma positiva en las relaciones cuando se utilizan para mostrar signos de solidaridad o alegría. Igualmente puede hacer que parezcamos más persuasivos y felices, así como ayudar a controlar mejor el dolor. Decir palabrotas también puede mejorar el rendimiento al practicar una actividad física.

Tal como escribió el equipo de investigación en «The Conversation»: «Durante mucho tiempo, las palabrotas se descartaron como un tema de investigación serio porque se suponía que eran simplemente un signo de agresividad, de escaso dominio del lenguaje o incluso de poca inteligencia. Ahora tenemos muchas pruebas que cuestionan este punto de vista, lo que nos lleva a reconsiderar la naturaleza —y el poder— de los tacos».A pesar del efecto tan obvio en nuestras mentes, cuerpos e incluso en nuestras relaciones, todavía no sabemos de dónde sacan su poder las palabrotas. «Si se le pide a la mayoría de la gente que explique el poder de las palabrotas, probablemente dará una respuesta en la línea de lo que llamamos la hipótesis del “agua y el jabón” —explicó el doctor Richard Stephens, coautor y psicólogo, de la Universidad de Keele (Reino Unido), en una noticia publicada por la misma institución—. El concepto es que la gente tiene algún tipo de experiencia infantil en la que un adulto le reprende por decir palabrotas, y el recuerdo de ese encuentro desagradable se queda en la persona y se asocia para siempre con las palabrotas. Por desgracia, en la investigación actual, las pruebas al respecto son débiles, por lo que el jurado sigue sin pronunciarse sobre la cuestión relativa a de dónde obtienen su poder las palabrotas».

La autora principal, la doctora Karyn Stapleton, de la Universidad del Úlster (Reino Unido), explicó el tema: «Básicamente, descubrimos que las palabrotas hacen cosas que el resto del lenguaje no consigue. Sabemos que estos efectos no provienen de las palabras en sí: una palabrota en una lengua desconocida parecerá igual que cualquier otra palabra y no producirá ninguno de estos resultados. Gran parte de la repercusión social de las palabrotas se debe a su potencial para ofender, pero esto no explica cómo adquieren un significado fisiológico, emocional y cognitivo tan profundo para las personas».

¡Ahora bien, todo esto no significa que debamos ser unos malhablados! Siempre debemos tener en cuenta el contexto y cómo nuestro lenguaje puede afectar a los demás.


fecha de la última modificación: 2022-11-11 17:15:01
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