TENDENCIAS CIENTÍFICAS: La ciencia de por qué las luces de Navidad nos alegran

Las decoraciones con luces durante las Navidades hacen que se liberen sustancias químicas de la felicidad en nuestro encéfalo.

¿Tiene la sensación de estar viendo unas luces de colores más brillantes que nunca antes cuando mira a su alrededor? No es el único. Por todo el mundo, desde los pueblos hasta las metrópolis en expansión, las grandes exhibiciones de luces han aparecido antes y con mayor amplitud que nunca. El 2020 se ha salido, y mucho, de lo ordinario. ¿Por qué deberíamos esperar algo diferente de las fiestas?La COVID-19 nos ha mantenido en casa durante largos periodos de tiempo, así que no es de extrañar que anhelemos algo alegre entre tanto dolor y sufrimiento. Queremos que nuestros hogares parezcan llenos de felicidad. Después de todo, vamos a estar encerrados en ellos en Navidad.

En 1882, Edward Johnson, un inventor estadounidense y asociado de Thomas Edison, trajo por primera vez al mundo las luces de Navidad. La ciencia detrás de por qué estas luces nos hacen felices es fascinante.

«Crean un cambio neurológico que puede provocar felicidad», dijo Deborah Serani, psicóloga y escritora galardonada, además de catedrática en la Universidad Adelphy de Nueva York, al programa de televisión estadounidense «The Today Show». «Creo que cualquier cosa que nos saque de nuestros hábitos normales, del día a día corriente... se relaciona con nuestros sentidos, y nuestros sentidos evalúan entonces si es agradable o no». A lo que añadió: «La decoración navideña estimula rápidamente la liberación de dopamina, una hormona de la felicidad».

La catedrática Serani explicó que las luces y los colores brillantes desencadenan la liberación de hormonas de la felicidad. Una posible explicación es la cromoterapia (colorterapia), que se cree que potencia los niveles de energía y felicidad. Por supuesto, también está la nostalgia. «Para muchos de nosotros, la Navidad es una época mágica, un tiempo de inocencia y alegría».El «cocooning» (la costumbre de pasar más tiempo en casa que fuera de ella y con otras personas) es otra posible razón por la que las luces volaron de los estantes este invierno. La palabra fue acuñado en los años ochenta del siglo pasado, cuando las personas se recluían entre las cuatro paredes de su hogar para guarecerse de la dura realidad de la Guerra Fría. Ahora con los confinamientos y el miedo a la enfermedad por coronavirus, la moda del «cocooning» ha vuelto. El hogar es el centro de nuestras vidas. Vamos a pasar mucho tiempo en ellos, así que decorémoslos para sentirnos bien con nosotros mismos y nuestro espacio.

Colocar las luces tiene otro beneficio que desconoce. Según un estudio publicado en «Journal of Environmental Psychology», las decoraciones de Navidad nos hacen parecer más agradables y accesibles a nuestros vecinos. Sí, también se ha investigado este punto.

¿No siente las buenas vibraciones de las luces este año? ¿No ha puesto ninguna? No se preocupe, a sus vecinos no les importa. David H. Rosmarin, profesor contratado doctor de la Escuela de Medicina de Harvard, explicó que existe un rayo de esperanza ante esta temporada festiva: «El estrés causado por las fiestas es menor que en un año típico, pues las expectativas sociales se han reducido y hay una mayor aceptación de las dificultades y los límites del ser humano». Y prosiguió: «Nadie se lo tomará de forma personal si nuestros regalos o comidas no son “perfectas” este año, siempre que reconozcamos nuestras dificultades. Eso crea menos presión en relación con nuestro rendimiento y aspecto».


fecha de la última modificación: 2020-12-24 17:15:02
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